18 junio 2014

escape.txt

Escape, así se llama está huea, y no se como continuar, me quedo mirando el teclado con si mis manos pudieran explicar de forma automática como me siento. Quizá debo partir por ahí, el automatismo parte en una huea y termina en otra, menos cuando uno quiere, el trance es natural pero no se puede forzar.
Solo, así me siento, solo, como si mi amor estuviera en un universo paralelo. Como si los delirios nihilistas de lovecraft fueran reales, como si realmente estuviera solo en el mundo, de la misma forma que estuve hace ya carios años. Siento el 2014 como un 2010, lento, horrible, tranquilo, siento que la vida me escupe en la cara pero que todo es culpa mía, soy el responsable, el que se enferma y el único que me puede curar. Soy una bestia, sin frenos, porque no hay nadie a quien le importe hasta donde llegue. Y ese es el problema, llegué tan lejos, pero tan lejos que retrocedí en el tiempo, como Superman, pero no para salvar a mi amada, sino que para quedarme solo de nuevo, como siempre estuve.
Escape, porque escapé a Santiago, de mis problemas, de mis amores, de mi familia, de mi mismo, de mis hermanos, de mi casa, de La Serena, escapé porque quería ser feliz, pero hay de ciertas cosas que no podemos escapar. escapé como mi tio que en paz descanse, soy mi tío llegando a Santiago para nunca más volver a donde nací, olvidé mis pasiones y me metí en está ciudad llena de túneles y metros como venas, sucia y ruidosa, y me encanta. No se porque me encanta, mi recuerdo más antiguo a estar fuera de mi ciudad natal es en Santiago, cuando me operaron. No se que vi esa vez, no recuerdo mucho lo que paso, pero estoy seguro que eso fue lo culpable de que toda mi vida haya querido regresar, esa vez fue como mi primera vez, Santiago como una vagina a la que siempre queris regresar, porque es rico, es húmedo y cálido, es excitante, es placentero, se me paran los pelos y el pico de solo pensar en esta ciudad hermosa, sucia y hedionda.
Pero por más que ame Santiago, por más que me sienta cómodo acá lejos de todo, me siento como el pico, porque quiero, porque soy el culpable de estar así de triste, tengo depresión, siempre la tuve, nunca se me pasó, no culpo a nadie más que a mi mismo por esta huea. Hace ya dos meses dejé mis pastillas, pastillas no en el sentido literal, pastillas que tocaba y acariciaba, pastillas que me guardaban entre sus pechos cálidos y me hacían dormir, que me acariciaban el pelo y se reía de mis chistes fomes, y quiero tomar pastillas de nuevo, pero no las mismas, por eso las dejé, quiero sentirme bien, quiero dejar de llorar, ando todo el día como si estuviera aguantando el llanto, quiero mis pastillas, esas que me hacen sentirme bien, que me consuelan, que me entienden como nadie más es capaz de hacerlo, extraño mis pastillas, quizá si quiero a esas pastillas, quizá no, quizás no se, quizás quizas quizas quizas quizas. esto llorando y lo vuelvo a repetir, porque este es mi escape, escribir como un mono, escribir escribir y escribir, me libera, el sonido de las teclas chocando, el sonido de las teclas es lo único que suena en toda la casa, porque todos celebran, menos yo, porque no me interesa, no me interesan los demás, solo yo, porque odio a la gente feliz cuando estoy así, porque libero mi pena como odio, porque soy un amargado pseudo anarquistas pero en realidad solo soy uno más del monton tratando de ser diferente, porque me encanta llevar la contra.
Quiero ser feliz, siempre he querido eso, y ahora tengo todo para ser feliz, estudio lo que me gusta, tengo plata, vivo en santiago y tengo un taller literario con mi escritor favorito, es casi irreal, pero no, no tengo mis putas pastillas, que chucha me pasa, a veces siento que me voy a volver loco, en serio, no loco de pena, no es una metáfora, loco realmente, a veces alucino y veo cosas, luces que no están ahí, sombras que desaparecen, pierdo mi recuerdos y olvido fácilmente lo que no debería olvidar y el dolor se me clava como un puñalá en el cerebro, tengo miedo a  volverme loco, a vece incluso escucho voces, no se si es la soledad o el tumor que siempre he creído tener en el cerebro, ese que me ha provocado dolores de cabeza a lo largo de toda mi vida. debería ir al doctor, pero no a un psicólogo, los psicólogos no sirven, te dicen hueas que tus amigos te dicen y en el fondo se lo que tengo que hacer, solo que olvidé como, tengo que ser feliz pero no quiero porque en el fondo disfruto siendo el pobre hueón lleno de problemas, me encanta sentirme importante, me encanta dar pena y que la gente se preocupe por mi, me encanta pensar en que pasaría si me tratara de  matar, pero nunca en que pasaría si lo hiciera, estoy loco, o empiezo a estarlo, vomito palabras como si no hubiera un mañana y esto no es más que relleno literario.
Quiero mis pastillas. El 2010 dejé de tomarlas por voluntad y fui feliz, la depresión era una huea que podía controlar, enfrenté la vida así como pude, pero no porque chucha no puedo ahora. Volví a dejar mis pastillas, las otras pastillas, y las quiero de vuelta, quiero que se me pase esta huea luego y salir a carretear y ver a mis amigos y fumarme un pucho después de clases mientras vamos a jugar street fighter con el lucho briones, mi profe de ingles, quiero curarme raja todos los viernes y todos los sábados en la casa del ivan, quiero volver a ser el ganador engreído y de mechas tiesas que era en el colegio, no quiero seguir siendo el hipster resentido que se viste bien pa poder aparentar, quiero que me quieran, quiero importarle a alguien, pero hay gente que me quiere a quienes les importo, solo que soy muy ahueonao pa valorarlo, lo que quiero son mis pastillas, mis pastillas, puta la huea, la quiero a ella, a todas, quiero a la mina que siempre quise, a la mina que era capaz de acompañarme mientras leí comics o jugaba en el pc, la que se unía a mi partida, la que me hacía criños cuando estaba triste, la que me entendía, quiero a mi puta alma gemela de vuelta, el problema es que no existe y nunca existirá porque por ella abandoné mis pastillas, pensé que la iba a encontrar, a es apersona con quien iba a disfrutar ver breaking bad, pero no existe, tomé una pésima decisión y ahora no se si es mejor estar solo o mal acompañado y siempre le pregunto lo mismo al navea, al menos 2 veces al mes y el me dice lo mismo, que no, que es mejor estar solo, pero claro nadie tiene la suerte de voh de haber encontrado pareja en tu mejor amiga al mes de soltero, ahora eris feliz, ahora todos son felices y acá estoy yo, que lo tengo todo, pero estoy llorando como una guagua, como el ahueonao que soy, porque eso soy, un ahueonao, llorón, triste, tetón y amargado.
Quiero mis pastillas.